La importancia de la planificación financiera en la economía doméstica
Muchos de vosotros os habréis preguntado, como no se tiene un gran patrimonio, los pocos ahorros que se tienen y además conseguidos con un gran esfuerzo, pues, no merece la pena ponerse en manos de un profesional de las finanzas y mejor dejarlos en una cuenta corriente que parece ser, “es más seguro”.
Otros prefieren gestionarse sus ahorros recomendados por su entorno. Familiares, amigos, un amigo que tiene otro amigo y ha dado el “pelotazo de lo bien que le va” y sin saber, “arriesgando” más de lo que deberían.
Y otros simplemente se dejan llevar por lo que les aconsejan las entidades bancarias comerciales, “colocándoles” el producto de moda y sin haberles hecho previamente una serie de preguntas, ni haber recabado información para saber qué es lo que en realidad necesita el cliente y como es su economía doméstica.
Esta sensación de “proteccionismo”, “pelotazo” o “mi amigo, el del banco”, en realidad es una idea errónea y a veces kamikaze, donde más tarde o más temprano se pagan las consecuencias y aunque parezca mentira conlleva riesgos, siendo el más importante: la inflación y sus consecuencias.
La inflación y sus consecuencias
El combustible, la luz, los electrodomésticos, libros, las hipotecas, los tomates, los pantalones comprados, la peluquería, salir a cenar, el autobús…… y además NO SUBEN EL SUELDO o lo suben menos que lo que ha subido la inflación.
Y conforme sube la inflación, se consiguen contratar los ansiados depósitos bancarios a un interés que parece “estupendo”, pero que no contrarresta el encarecimiento del día a día en forma de subidas de precios, de subida de hipotecas, créditos y hasta las tarjetas revolving y sus resultados son una devaluación de la economía doméstica.
Por otro lado, mientras el fantasma de la inflación duerme, es decir, nuestros bancos centrales mantienen los intereses a cero, este riesgo se controla y como mucho el dinero de las cuentas corrientes no pierde valor y en este periodo latente el riesgo de perder dinero en una cuenta corriente se disipa y “no me preocupo de que mi economía se devalúe”.
¿De verdad creéis que es así?
He de deciros que LA INFLACIÓN, aunque “duerma” sigue atacando a la gran mayoría de economías domésticas.
La hipoteca baja, pero no se encuentra nada que de rentabilidad a corto plazo y además el banco empieza a cobrar por tener el dinero en la cuenta porque el banco central cobra a los bancos por depositar el dinero de las cuentas corrientes de los clientes y seamos sinceros, los bancos son una empresa y tienen que ganar dinero y sí, esos gastos se los trasladan a los clientes en forma de comisiones por mantenimiento de la cuenta, por tarjeta, por transferencias, etc.… y esto se traduce en una devaluación del dinero y ya estamos otra vez perdiendo valor en nuestra economía doméstica.
Porqué os cuento esto…
Pues bien, se tenga la economía que se tenga, hay que tener una buena planificación financiera, para que el dinero esté trabajando constantemente, poder generar valor a los ahorros y si no se pueden suprimir los gastos bancarios u otros de otra índole, pues habrá que contrarrestar y así tener una economía saneada.
Cuando se deja en manos de profesionales, se necesita tener la máxima información de cada cliente para poderle realizar una planificación financiera propia para su economía y que esta nunca descanse y dé sus frutos.
Lo cierto es que una economía familiar tiene necesidades de ingresos, unos gastos, una política de consumo y hasta una organización logística propia.
- Cuanto se destina al ahorro a corto y largo plazo.
- Cuál es el porcentaje de gastos en función de los ingresos.
- Cuál va a ser la política de mantenimiento del hogar e infraestructuras domésticas (muebles, electrodomésticos, etc.).
- Seguridad y medidas de prevención de riesgos, tales como contratación de seguros o protección de las infraestructuras.
- Los gastos bancarios.
- Educación y alineamiento de las políticas de gastos (gasto de estudios, ahorro para la educación superior, viajes de estudios al extranjero…).
- Creación de presupuestos (para viajes, compra de coche, reformas de la casa…) y control de estos.
- Gasto en los alimentos, en ropa, en calzado, un “caprichito”… al igual que una empresa gestiona sus stocks.
- Planificación de los ahorros destinados a la jubilación.
Por eso la importancia de tener a vuestro lado a un profesional de las finanzas. Para que os guíe y os ayude en vuestra economía a través de una buena planificación financiera.
Al igual que se va al médico para sanar, la economía doméstica puede enfermar o no ser lo suficiente eficiente de lo que debería de ser.
En definitiva, un buen asesor financiero busca dar respuesta a las necesidades económicas y financieras de los clientes. La función de un asesor financiero, por lo tanto, es la de guiar a las personas para que puedan conseguir los objetivos que se hayan planteado, buscando siempre la mejora de la salud financiera de sus clientes.
Porque cada cliente es un mundo y cada mundo tiene su organización propia, no se debe de caer en el error de generalizar a la hora de gestionar los ahorros.
Junto a un buen asesor financiero, tu economía y tu salud mental te lo agradecerán.